miércoles, 6 de marzo de 2013

Demasiados atardeceres



Mi cámara y yo seguimos con la terapia para hacernos amigos, a veces lo conseguimos, y de entre un puñado de tomas que no valen pa ná, sale alguna que podemos recuperar, aunque sea a costa de que, como en las dos últimas ocasiones, el tiempo se ponga en contra y empiece a nevar cuando asomamos, o a llover con mala ostia cuando estamos ahí embelesados con un viejo sofá que sepa dios los culos que haya aguantado, las horas de tele, siesta y otros menesteres que habrán sufrido sus tablas antes de que alguien decidiera que tirado en medio del campo estaba mejor...

... igual incluso una vez en el campo, alguien ha seguido aprovechando sus cojines para ver atardeceres, quizá acompañado...posiblemente solo, hasta que esas telas, y esos cojines, y esas maderas han acabado en un despojo más del que nadie se acuerda, y que forma parte del un paisaje en el que seguirá habiendo atardeceres, pero no habrá nadie viéndolos a lomos del viejo sillón....

1 comentario:

Anónimo dijo...

y los pedos recalentaos, que habra soportado.....